jueves, 22 de diciembre de 2011

Por el borde de mi vaso

Ya no hay lugar
donde esconder la tristeza,
donde encontrar palabras,
donde ahogar las voces.

El viento de la tarde
mueve las ventanas
y el telefono sigue coleccionando
charlas absurdas.

Ya no se desde donde
vienen las imagenes
que gobiernan mis días.

Una mosca pasea
por el borde de mi vaso
y me mira afilando sus patas.

Ya no hay fantasia ni recuerdo
que alcance para proyectarte
en estas paredes humedas.

sábado, 26 de noviembre de 2011

Un hotel de mil soledades

Paso la noche acá,
en un hotel de mil soledades
donde se escucha a el mar de la desesperanza
que golpea su cabeza contra
un muelle que se ve a lo lejos
desde una ventana vestida
de telas de araña.

Paso la noche acá,
donde los pasos que se escuchan en el pasillo
nunca traen a nadie a esta habitación.

Un gallo espera para cantar
en un amanecer que nunca llega,
un cenicero se desborda,
un vaso se rompe en el suelo
sin hacer ruido.

Paso la noche acá,
en un hotel de mil soledades,
juntas y solas, viejas y nuevas,
mezclandose en la oscuridad
de las horas que esperan como un gallo
de plumas grises.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Mis dedos como ramas

Soy Matias Anomiko
y recuerdo con nostalgia
cuando yo no era yo,
cuando decidí ser mi padre y mi madre
y mi propio hijo.

No podria enumerar las cosas que odio
pero, sin embargo, las cosas que quiero
las guardo bien
en el bolsillo de mi alma.

Soy Matias Anomiko
y caí desde un bar sucio y triste
hasta los pies del amor.

No hay flores en mis sabanas,
ningun pajaro usa mis dedos como ramas
y al eco de mi risa
se le suele olvidar sonar.

Soy Matias Anomiko
y mi nombre tiene sombras
que tapan el sol, que tapan la vista,
que tapan las letras que lo componen.

lunes, 31 de octubre de 2011

De las dos maneras

Mis poemas se disuelven
en lagrimas que no lloro
pero que cuelgan de mis pupilas
como acrobatas.

¿A dónde irá a parar
mi alma rota
cuando deje de llover?

Mis pupilas sostienen
acrobatas que escriben sus poemas
con mis lagrimas añejas.

¿A dónde irá a parar la lluvia
cuando mi alma
abandone mis cansados huesos
y mis ojos dejen de ser un techo
que no me sabe cubrir?

sábado, 8 de octubre de 2011

En el suelo, en el techo y en cada pared

El humo baila en la habitación
y nadie pudo recoger tu imagen
del suelo, del techo y de cada pared.

Tengo los ojos afilados
como uñas de gato
que rasguñan un album de fotos.

¿Dónde despertaré luego
de esta noche interminable?

¿A dónde llevaran los pasos
que reclaman ser pisados
por mis sucios zapatos?

Prendo otro cigarrillo
y el humo vuelve a dibujar preguntas
en el suelo, en el techo
y en cada pared donde el silencio
grita tu nombre.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Todo eso que no alcanza

Todo eso que no alcanza
se mueve en el aire,
entre mis cosas,
entre mis palabras.

Respiro mas alla de la ausencia,
de mi aburrimiento
y del humo que flota
bajo el techo de la habitación.

En el aire se pasea
el fantasma de la risa
que reiste en mi cama
entre latas de cerveza vacias
y discos de Leonard Cohen.

Respiro palabras y aire,
viento y tristeza
y respiro todo eso que no alcanza
para cubrir esta herida.

martes, 13 de septiembre de 2011

Mis ojos

Mis ojos se quejan
por que sienten que lo han visto todo
y que todo lo que vieron
esta echo con sobras.

Se quejan,
miran hacia dentro
y clavan su vista,
como espadas,
en mis abismos.

Mis ojos sin edad ni brillo,
sin nombre ni color.

Recuerdan cuando besaron en penumbras
la silueta de la mujer que amé
y que ya no recuerdo a diario.

Mis ojos se quejan
por que saben algo
que yo no se decir.

sábado, 27 de agosto de 2011

Mi soledad recuerda

Mi soledad recuerda,
desde este rincon,
las noches donde tu risa
era la música que mejor sonaba
en esos hoteles baratos.

Mi soledad bosteza y piensa,
se sienta sobre mi sin mirarme.

Mi soledad tiene los ojos de Zimermman,
la risa atravesada de Artaud
y las largas piernas con las que fantaseaba Bukowski.

A la memoria de mi soledad suelo odiarla,
me trae estos recuerdos
de hoteles y risas,
sin mirarme, respirando pausadamente,
como queriendo nunca despedirse de mi.

domingo, 31 de julio de 2011

Tres de la mañana

Se hizo tarde
y a la memoria de mis ojos
se le escapa una última imagen
que alcanza para no dejarme dormir.

Detras de la ventana
ya nadie camina por la vereda
y los perros buscan calor
pegando sus cuerpos
a los rincones.

Tres de la mañana,
de nuevo tres de la mañana,
y es como si siempre
fuera este mismo momento.

Es tarde, hace mucho que es tarde,
y acá, en esta jaula de nostalgia,
ningún sonido interrumpe
las palabras que no digo,
que no se decir y que espero
buscandolas en las sombras
de mis objetos mas queridos
que tambien saben que es tarde
para casi todo.

domingo, 10 de julio de 2011

El último tren

Esperando el ultimo tren
en la estación donde los sueños
se enredan y ruedan
por las vías.

Debajo del puente corre el agua
y muchas otras cosas.

En el sonido mortecino de la espera
retumba el nombre
de los labios que besaron
alguna vez mis heridas.

Esperando el ultimo tren
en la estación donde las penas
hacen mas ruido al caer.

Debajo del puente duerme un hombre
que lleva mi nombre
y que alguna vez conocí.

En la espera se caen las horas
que fueron picadas con las agujas
del reloj que enveneno mis días.

martes, 28 de junio de 2011

Buscá

En una mesa de bar
estrellada de granos de azucar,
en una cama deshecha,
en el fondo del vaso
que aun no terminaste de beber.

En el ruido del ascensor,
en la ruta de un escote,
en el ladrido que arruina la siesta.

En la risa triste,
en la tristeza iluminada.

En el humo que provoca tos,
en el agua que calienta los pies,
en los pasos que no llevan
a ningún lugar.

Y si lo que buscás no existe,
quizas sea mejor.

martes, 14 de junio de 2011

A la orilla del río mas gris

Bebiendo el agua del río mas gris,
con las manos mojadas y enredadas
en humeda tristeza.

Bebiendo sorbo a sorbo,
extrañando tanto,
pensando demasiado.

Tragando cada gota como si en ello
la vida se jugara su ultima carta.

Bebiendo el agua del río mas gris,
ahí donde el viento golpea las espaldas
de los que ríen sin risa,
de los que lloran agua de río.

Bebiendo donde la costa
hace una mueca de arena
parecida a la boca de la mujer
que no quiero recordar
y que bebo sorbo a sorbo
a la orilla de la nada.

jueves, 2 de junio de 2011

No se donde

Vos que estas ahí, no se donde,
mirando detras de un vidrio empañado,
con un cigarrillo a punto de terminarse
colgando de los labios.

Escuchá el triste cantar
de los besos que esperan,
el ruido de la canilla que gotea,
el crujido de las hojas
repletas de frases tontas
que se juntan en la bolsa de basura.

Olé el perfume que dejó el otoño
en tu mesa de luz,
ese maldito olor de un amor que no fue.

Vos que siempre sabías qué decir
dame palabras, esta noche,
para explicarle a estas paredes
lo que mi soledad no puede por si misma.

domingo, 15 de mayo de 2011

Por donde mi sangre

Voy por donde mi sangre me arrastra,
voy despacio, con la luna llena,
con el vaso por la mitad,
con un cigarrillo que arroja cenizas
sobre el cuaderno.

Voy solo y quieto, con cien ideas
golpeandose entre si dentro de mi cabeza.

Voy en busca de un poema,
de la palabra exacta,
del momento oportuno.

Mientras los bares se llenan
y los autos chocan,
mientras la gente busca pares
en las esquinas donde no hay nadie.

Yo voy por donde me guía mi sangre,
que se entibia con la llegada de cada verso
que me visita.

sábado, 23 de abril de 2011

El de las veredas y los corazones gastados

Cuando la noche cae pesada
sobre las veredas
que están lejos del mar
y lejos de las cumbres,
las veredas que pisamos
los que flotamos
en este cómodo infierno
con vista al cielo,
donde los árboles se mueven
por el viento
que sopló nuestro ayer
para enviarnos con una patada de aire
hacia el mañana,
las veredas donde el amor
es el charco donde no se refleja
ningún rostro
y las penas son las baldosas flojas
que ensucian nuestro caminar,
un perro le ladra a la luna
sin mover la cola
porque el sabe
que en estas veredas
cuando la noche cae
se abren los parpados
de los corazones
gastados de caminar
por ellas.

jueves, 14 de abril de 2011

Esta habitación

Ahora que toda las cosas de la habitación
estan cansadas y viejas y marchitas,
que no hay nada contra lo cual luchar,
que no hay luces que incandilen mis días.

Esta habitación llena de sombras
y este no saber dialogar,
estos cuadros que esperan
y estas paredes que lo saben todo.

Esta habitación ebria de recuerdos
que clavan sus agujas
en las venas de mi pasado.

Yo, en esta habitación,
me enredo en el poema
que no se sabe escribír solo,
que cuesta una noche, una pena,
ocho cigarrillos y la seguridad
de seguír enamorado
de un rostro que no recuerdo.

martes, 5 de abril de 2011

Nada nuevo abajo del cielo

Un perro ladra mirando la pared
mientras llueven gotas tristes
en Buenos Aires.

Camino mirando el suelo
con la dulce sombra de tu ausencia
pegada a la sombra de mi cuerpo.

Escucho el ruido
del espejo del pasado
que se rompe en mis espaldas
y no me importa, camino.

Camino empapado en tristeza,
mientras mis huesos silban
la melodía fúnebre
del que espera sabiendo
que no hay nada.

viernes, 4 de marzo de 2011

Soplando entre mis cosas

Acá mis palabras, mis poemas,
mis pasos perdidos
en la niebla espesa de una mañana
de agosto.

Acá mis voces gritando
debajo de mi voz,
mis voces cantandole
plegarias a un dios muerto.

Un disco girando en el tocadisco
me hace recordar que estoy vivo
debajo de mis huesos y mi piel,
un libro de Artaud abierto
en la pagina treinta
me mira desde el suelo.

Acá la sombra de un amor
proyectandose en el techo
mientras las paredes
se agitan nerviosas.

Acá el viento de la nada
soplando entre mis cosas,
los puentes alejando
y los abismos uniendo
mis días.

lunes, 14 de febrero de 2011

Que Rimbaud, un disco o cualquier cosa

Alguna colilla de cigarrillo
con olor a humedad
posada sobre el borde del cenicero
o al costado de el,
un poema de Rimbaud,
un ventilador que tire aire caliente
una mañana de enero
o una sabana azul y negra a rayas.

Otro vestido con el borde desconcido,
las cuatro de la tarde de un día jueves,
un disco de folk en una caja equivocada,
la ventana cerrada de un colectivo
que cruza el centro de la ciudad
o mejor aun, el ruido de las llaves
al girar en la cerradura.

Cualquier cosa, cualquier momento
que le recuerden que sigo vivo
y dejen que mis penas
lloren a traves de sus ojos.

lunes, 24 de enero de 2011

Del otro lado de la noche

En la oscuridad
de la noche de todas las noches,
cuando la tristeza
es un zumbido en el oido
de la ciudad
y los perros ladran
y rompen las bolsas de basura.

Cuando el vecino de todos
da vueltas en su cama
pensando en el alquiler y el trabajo,
los gatos maullan y escapan
de sus sombras por los techos.

En el silencio hondo
del cantar de los muertos
el olvido construye puentes
para llevarme
del otro lado de la noche.