miércoles, 28 de octubre de 2009

O algo parecido a eso


¿Te acordas todavia de esas tardes
donde caminaba con los dedos por tu pelo
y vos te reias o hacias algo parecido a eso?

Yo todavia me acuerdo de esas tardes
y de las noches en que no dormiamos
por que teniamos que contarnos todo
y ponernos de acuerdo en nada.

Aveces pienso en todo eso
y me invade la nostalgia,
pero no importa, asi esta bien,
ahora todo es mejor.

El mozo del bar ya no me pregunta por vos
y en nuestra mesa suelo sentarme
con una chica un par de años mas joven que yo
que dice estar enamorada de mi.

Es mejor asi, sabes.

Siempre me pide que le lea mis poemas
y me mira fijo a los ojos
mientras me acaricia la mano.

Mientras tanto los días pasan lentos
y con una calma que me sorprende.

Sabes, no se mentir,
no hay ninguna chica enamoradiza y joven
que me escucha mientras le leo poemas.

Ya casi no escribo, no me visitan las ideas
y los días no son tranquilos,
son remolinos de recuerdos.

Se me estan pasando rapido los años
y sigo siendo el mismo niño viejo
eternamente perdido que no para de extrañarte.

Estoy en el bar, sentado en la mesa de siempre,
mirando por la ventana y fantaseando que llegas
cruzando la calle con tus piernas largas,
entras, te sentas y me sonreis
o haces algo parecido a eso.

miércoles, 21 de octubre de 2009

El humo de cigarrillo

Tengo una espera
cayendose entre mis dedos,
como agua sucia
que huele a desesperanza.

Soy el humo del cigarrillo
que fumó ese tipo
que era yo cuando todavia
no era yo.

Me muevo entre la gente y la tristeza
sin hacer ruido, sin dejar marcas.

Soy el que camina con pasos cansados
por los caminos de la desolación.

Tengo las manos sucias de recuerdos
y un par de fantasmas
que no saben volar
escondidos en el bolsillo de mi camisa.

martes, 6 de octubre de 2009

La despedida del pajaro sin alas

Fue una mañana de invierno,
en un taxi.

Era la despedida, el final,
el último beso.

La vuelta a casa, la caminata
con las manos en los bolsillos
y la mente disparando imagenes
que se proyectaban en mi horizonte.

Se fue dejandome clavado su perfume
de pajaro sin alas y llevandose esos ojos
que tantas noches desee que me miraran.

Se fue con sus penas y su paso cansado
de tanto andar por los umbrales del amor.

Se fue dejandome la vida entera
para recordarla.