sábado, 26 de noviembre de 2011

Un hotel de mil soledades

Paso la noche acá,
en un hotel de mil soledades
donde se escucha a el mar de la desesperanza
que golpea su cabeza contra
un muelle que se ve a lo lejos
desde una ventana vestida
de telas de araña.

Paso la noche acá,
donde los pasos que se escuchan en el pasillo
nunca traen a nadie a esta habitación.

Un gallo espera para cantar
en un amanecer que nunca llega,
un cenicero se desborda,
un vaso se rompe en el suelo
sin hacer ruido.

Paso la noche acá,
en un hotel de mil soledades,
juntas y solas, viejas y nuevas,
mezclandose en la oscuridad
de las horas que esperan como un gallo
de plumas grises.

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