sábado, 30 de noviembre de 2013

Despues de esos días

Hay días en los que, tirado en la cama,
me abrazo a mi carne y mis tripas
y me quedo inmovil,
con la mirada fija en la pared,
esperando que todo pase.

Sin embargo, no pasa, no sucede,
y se bien que no hay nada
escondido en el pasado
que pueda resurgír
y aliviar todo el dolor indesible
al que me abrazo, en esos días.

Luego me levanto y me doy cuenta
que se pasó el invierno, la primavera,
un año entero
y que mi cara esta deshecha
al igual que mis manos y las paredes
que tanto miré.

Detrás esta mi voz, igual que siempre,
sonando aburrida y nasal,
rebotando entre el cielo y el infierno,
dictandome palabras en el oido del alma
y haciendo que todo vuelva a empezar.

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