lunes, 31 de octubre de 2011

De las dos maneras

Mis poemas se disuelven
en lagrimas que no lloro
pero que cuelgan de mis pupilas
como acrobatas.

¿A dónde irá a parar
mi alma rota
cuando deje de llover?

Mis pupilas sostienen
acrobatas que escriben sus poemas
con mis lagrimas añejas.

¿A dónde irá a parar la lluvia
cuando mi alma
abandone mis cansados huesos
y mis ojos dejen de ser un techo
que no me sabe cubrir?

1 comentario:

Guadalu Be dijo...

Me gustó muchisimo éste poema, tenes mucho talento. ¡Te felicito!