Ojalá el fuego de estos días
queme este recuerdo tuyo
antes que el fuego de tu ausencia
queme mis días.
Que el frío aleje tu aliento,
que la noche duerma mis planes,
que los perros de mi alma
ladren el llanto
que yo no puedo.
Que vengan a mi el olvido y la calma
para poder recostarme en ellos.
Y, sobre todo, ojalá
que hayamos sido felices.
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