Alguna noche nos escaparemos,
nuestra sangre sera la ventana
por donde vamos a alejarnos
de este teatro en llamas.
Con una botella en la mano,
con una pañuelo seco de lagrimas
que nunca pudimos llorar
y con nuestro miedo
subiendo frio por la espalda.
Alguna noche nuestro mundo se partirá
como el vaso que cae de la mano
del muerto que sostiene todo esto.
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