domingo, 30 de noviembre de 2008

Capitulo 8

Finalmente se hizo Jueves. Pensé en no ir, en llamar por teléfono diciendo que estaba enfermo. Pero finalmente fui.
Me puse un pantalón de jean, un pulóver color verde oscuro, una campera marrón y una bufanda escocesa.
Bajé del colectivo en Avenida Corrientes y Avenida Callao. Era temprano aun. Entre a una disquería y a dos librerías. Fumé un cigarrillo en la puerta del lugar y luego entré.
Le pregunte al tipo de la recepción, que era el mismo al que le había dejado el sobre hacia unas semanas cuando me inscribí en el concurso y me dijo que era en el segundo piso, sala B.
Subí por la escalera, había poca gente. Estaba nervioso.
Cuando le dije quien era a uno de los tipos que estaba vestido de traje en la puerta del salón me pidió el documento para constatar que era yo.
Me dijo que pase y que me siente, me dio unas hojas donde estaban impresas las tres poesías ganadoras y decían los nombres de los tipos del jurado, criterios de evaluación y otras cosas que no leí. Debajo de la última hoja aparecían los premios:
PRIMERO PREMIO: $5000
SEGUNDO PREMIO: $2000
TERCER PREMIO: $1000
Lo leí varias veces, estaba contento, sonreía solo sentado en una butaca cerca de un escenario aun vacío.
Unos minutos después el tipo que me había pedido el documento en la entrada se acerco y me llevo detrás del escenario donde estaban los otros ganadores.
El primer premio lo había ganado una chica de 26 años, se llamaba Lucia, tenía rulos largos y negros y tenia una camisa violeta con los botones de arriba desabrochados y se asomaba su corpiño negro que cubría sus grandes tetas.
El tercer premio lo gano un tipo que se llamaba Julio y tenía 52 años. Estaba vestido de traje y llego acompañado de sus dos hijas.
La ceremonia fue rápida. Una mujer vestida muy elegante leyó las tres poesías ante unas veinte o treinta personas. A mi me parecía todo muy raro.
Luego nos hicieron pasar a los tres al escenario y dijeron nuestros nombres y nos aplaudieron.
Yo estaba esperando que me den la plata para irme de ese lugar. Pero eso no pasaba.
Nos sacaron fotos individuales y después a los tres juntos. Me sentía un idiota.
Lucia, la ganadora, me miraba y sonreía. Me gustaba. Julio estaba emocionado y trataba de disimularlo sin éxito.
Finalmente el acto termino.
La gente se fue y nosotros quedamos detrás del escenario sentados en unas butacas sin respaldo esperando.
Se acercaron dos hombres, uno de ellos era político, lo había visto en la televisión pero no recordaba su nombre ni su cargo y la mujer que había hablado en el acto. Nos preguntaron a que nos dedicábamos y ese tipo de cosas. Yo mentí y dije que era técnico de sonido.
Luego de un rato nos dieron nuestros premios y nos dijeron que nos iban a llamar para futuros concursos.
Me guarde la plata en el bolsillo de la campera y baje las escaleras hacia la calle.
Ví salir a julio y sus hijas, me saludaron los tres. Luego salió Lucia. Me miró y se acerco.
-Pablo, me gusto mucho tu poesía.
-Gracias, a mi tambien me gusto la tuya- en realidad no la habia leido, solo escuche una parte durante el acto.

Hacia frio y una de las luces de la entrada iluminaba justo el pelo de Lucia. Saqué un paquete de cigarrillos y le convide. Nos sentamos en la escalinata y fumamos en silencio.
Yo le miraba las manos, tenia las uñas muy cortas y pintadas de rojo.
Cuando terminamos de fumar dijo que tenía que irse. Le pregunte donde vivía y me dijo que en Palermo. La acompañe hasta el subte. Caminamos con su brazo izquierdo pegado a mi brazo derecho. Seguíamos sin hablar. La gente pasaba a nuestro alrededor y los autos tocaban bocina por que los colectivos no arrancaban rápido.
Le pedí su número de teléfono y me lo dio. No le dije para que lo quería, solo se lo pedí. Lo anote en mi celular y le di mi número. Nos despedimos con un beso en la mejilla. Su boca en mi mejilla.

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