miércoles, 3 de diciembre de 2008

Capitulo 9

Esa noche cuando volvía a casa me bajé unas cuadras antes del colectivo, quería caminar un poco.
En el cielo la noche había vomitado sus estrellas. La luna estaba enorme y un perro ladraba mirándola parado en la mitad de la calle.
No pasaban autos y no se veía gente por ningún lado. Era una buena noche.
Yo me sentía bien, tenía plata sin haber echo ningún esfuerzo y podía irme de la casa de mis padres.
Cuando llegue me serví un vaso de coca-cola y prendí el televisor. Mi perro se sentó al lado mío y me miraba esperando que le de algo de comer. Le di un pedazo de pan que había sobre la mesa y lo comió debajo de mi silla.
Miré un rato el televisor y me aburrí. Fui a mi pieza, metí la plata adentro del cajon de la mesa de luz, me saque toda la ropa y me acosté. Las sabanas estaban frías. Me sonó el celular y era un mensaje de Lucia:
LLEGASTE BIEN?
Le respondí que sí y le desee buenas noches. Estiré las piernas, me puse de costado y me dormí pensando en ella.

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