miércoles, 3 de diciembre de 2008

Capitulo 10

Cuando me levante el mundo era igual que siempre. Era viernes y en mi casa mi mamá estaba cocinando y mi papá había ido a trabajar. Le conté a mi mamá lo del concurso y me sorprendió que no se sorprendiera. Me preguntó qué pensaba hacer con la plata y le dije que no sabía exactamente, que quizás viajara a la costa y viviera allá un tiempo. Me dijo que no me iba a alcanzar. No respondí.
Después de almorzar lo fui a visitar a Javier. Me recibió bien, con un abrazo y un vaso de cerveza. No le conté nada de la plata que había ganado.
Me dijo que no había hablado mas con su primo Marcos, que no tenia noticias de el. Para mi fue un alivio por que me había arrepentido de decirle que si para el robo.
Era una linda tarde de principio de septiembre.
La prima de Javier pasaba a cada rato por la cocina (Donde estábamos nosotros sentados) y yo la miraba y ella me miraba. Solo le dije “hola” la primera vez que pasó. Después fue solo cuestión de miradas.
Nos pusimos a hablar de cuando éramos chicos y jugábamos al fútbol en un parque que ya no esta más, ahora es un estacionamiento de autos. Javier siempre jugaba de arquero, era bueno en eso y yo de delantero. Yo sabía jugar pero era vago para correr. Nos acordábamos de eso y nos reíamos entre cervezas y miradas a y de su prima.
Al atardecer me fui. Camine por la calle mirando los rostros sin vida de la gente. Tan pocas sonrisas, tan poca simpatía. Yo era igual o peor que ellos y eso me enfermaba.
Cuando llegué a casa y esperaba para cenar le mande un mensaje a Lucia preguntándole si iba a hacer algo esa noche. Su respuesta llegó rápido:
NO, ESTOY CANSADA PARA SALIR. QUERES VENIR A COMER A CASA?
Le dije que SI sin dudarlo. Me dio su dirección y le dije que en un rato iba.
Me bañe y me fui a tomar el colectivo 12 que va a Palermo.

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