viernes, 19 de diciembre de 2008

Capitulo 15

Durante un tiempo no tuve ninguna clase de contacto con Lucia. La llamé varias veces pero nunca respondió las llamadas. Yo salía muy poco de mi habitación y cuando lo hacía era para ir al bar de Defensa y Brasil, frente al parque. Allí pasaba largas horas mirando por la ventana imaginando que ella vendría a buscarme.
Uno de esos días me llamo mi amigo Daniel para ofrecerme comprar una piedra de marihuana. Los datos que me dio eran: es grande, buena y sale cincuenta pesos. Le dije que sí.
Me trajo la piedra un día a la mañana temprano, yo no había podido dormir en toda la noche, estaba nervioso. Le di la plata y se fue. Siquiera lo invite a quedarse un rato. Después me sentí mal por eso.
Arme varios cigarrillos y los guarde en cajitas vacías de Malboro que había por el suelo de mi cuarto.
Finalmente y luego de doce interminables días, Lucia me llamo desde Cordoba diciéndome que estaba bien, pero que necesitaba tiempo para pensar, que lo nuestro había sido todo muy rápido y que estaba confundida. Corte el teléfono y lo apoye sobre la cama. Me quede sentado en el piso. Prendí un porro y largue el humo gris y dulce para arriba. Sentí como se empañaban las ventanas de mi alma. No la entendía. Pero sabía que este tipo de cosas suelen ocurrir. Donde hay cariño hay problemas y yo soy uno de esos tipos que no sabe por qué se encariña rápido con la gente.

Los días siguieron pasando lentos. No la llame durante toda la semana y ella tampoco a mi. Yo sabía que ella no iba a hacerlo.
Cuando junte el valor para hacerlo me atendió desde un colectivo, no se escuchaba nada, me dijo que después me llamaba pero después no lo hizo.

Entre la plata de la pensión, comer, tomar y algunos gastos mas, me quedaban seiscientos pesos.

Guarde todas mi cosas en el bolso y sin avisarle a nadie fui a constitución y me compre un boleto de tren para ir a Mar del Plata.
Era una tarde de sol, me senté del lado de la ventanilla, la cual cuando la abrías se cerraba sola luego de unos pocos minutos por el movimiento del tren. Me tome lo que me quedaba de una petaca de licor de café y me dormí. Cuando llegamos me despertó otro pasajero.

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