miércoles, 17 de diciembre de 2008

Capitulo 14

Los días siguientes fueron, quizás, los mejores días que recuerde haber vivido. Tres meses con Lucia entrando y saliendo de mí habitación a diario, los fines de semana en su casa y luego paseos largos por Palermo o por Plaza Francia, tenía plata sin tener que trabajar, la primavera flotaba en el aire.
Pero todo el tiempo tenía el presentimiento de que algo estaba por pasar. Era como la calma antes de la tormenta. Trataba de no pensar demasiado en eso y de disfrutar mi dichoso presente.
Un jueves y después de haber estado durmiendo conmigo Lucia me dijo que tenia que ir el sábado a la mañana para Córdoba a visitar a su papá que iba a ser operado. Le ofrecí acompañarla pero no quiso.
Era un jueves de llovizna y viento. Mientras desayunábamos miramos por la ventana las copas de los árboles que se movían furiosas de un lado para el otro.

El sábado al mediodía la acompañe a Retiro a tomarse el micro. Nos despedimos con un abrazo largo y varios besos acordando mantener el contacto durante su supuesta corta ausencia.

El micro arranco y yo me fui a sentar a Plaza San Martin, después di un paseo por Florida y mas tarde fui a visitar a mis padres a los cuales hacia casi un mes que no veía.

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