sábado, 3 de enero de 2009

Capitulo 19

Casi sin darme cuenta me encontré sumergido nuevamente en otra historia amorosa. Pero esta vez era diferente, Mariela era diferente. No se si para bien o para mal. Era una persona que estaba todo el tiempo pendiente de mi, quería saber que hacia, que pensaba.
Héctor de un día para el otro me empezó a decir en un tono entre burlón y cariñoso “yerno”.
Estela siempre me decía
- cuida a Mari, es una buena chica y esta enamorada
- si, ya se que es buena- le decía yo mientras tomábamos mate.
En el trabajo, en el restaurante, los horarios se hicieron mas largos por la temporada turística. A veces salía a las cuatro o cinco de la mañana. Me pagaban mas, pero terminaba muy cansado.
Mariela salía de su trabajo en “punto y banca” a las dos y después venía a verme al bar. Algunas noches nos íbamos juntos a dormir a mi habitación y otras simplemente nos veíamos ese ratito.
Una noche después de trabajar nos fuimos a tomar un helado enfrente del casino y luego caminamos hasta mi casa. Llegamos y entramos en silencio para no despertar a Estela. Yo fui al baño y cuando volví Mariela estaba desnuda, tapada con las sabanas. Me metí en la cama y me abrazo, sentí sus tetas que se apretaban sobre mi espalda
- te amo- me dijo en voz baja y con un tono tan tierno que me dio escalofríos.
Yo no le dije nada, gire sobre las pesadas sabanas y la bese, sentí su mano que bajaba por mi panza y su respiración agitada. Cogimos tres veces y después nos dormimos.
Cuando me desperté era el mediodía y Mariela estaba sentada en el suelo tomando mate y comiendo medialunas.
Me levante, le di un beso en la frente, me senté al lado ella y dejé que el día siguiera caminando solo.

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