domingo, 18 de enero de 2009

Capitulo 24

Nos tomamos el colectivo diecisiete y nos bajamos en plaza Francia. Eran las diez de la noche y el otoño comenzaba con días de calor. Javier saludo a un tal Luis y yo lo seguí. Bajamos de un camión un montón de fierros y lonas. Éramos nosotros tres (Javier, Luis y yo) y otros dos tipos más que no hablaban.
Después que bajamos todo empezamos a armar los puestos. Era bastante difícil al principio, después te acostumbras a hacerlo y es más fácil. Cuando terminamos de armar todos los puestos, que eran mas de cincuenta, yo me subía y Javier me pasaba las lonas para que las enganche y con eso armar esa especie de techo que tienen los puestos.
Por último poníamos unas tablas de madera para que sean el mostrador.
Terminamos a las tres de la mañana y teníamos que esperar hasta las siete para poner las luces (no se por qué). Fuimos con Javier a comprar cerveza y papas fritas y nos sentamos en el puente que cruza Avenida Libertador. Mirábamos los autos que pasaban y hablábamos de cualquier cosa.
Finalmente y después de que amaneció trajeron los cables y los enchufes y pusimos las luces. Fue rápido. A las ocho y media ya estábamos esperando el colectivo para volver.

Ese sábado a la noche fui solo al bar de Brasil y Defensa en san Telmo. Los mozos eran otros, nadie me conocía. Me pedí un whisky con hielo. Me senté en la mesa que me sentaba antes, cuando vivía en la pensión.
Estaba triste. Pensé en Mariela y supe que ella también, seguramente se sintiera mal. Solo que ella se sentía mal por mi culpa y yo…yo no se.
Me pedí otro whisky y después de tomarlo fui al parque que esta enfrente del bar. Encendí un cigarrilo y me acosté un uno de sus bancos. Se escuchaba ese zumbido raro que hacen algunos insectos. El viento era agradable. Tenía miedo de que mi vida fuera siempre lo mismo: escapar y esperar.

No hay comentarios: